miércoles, 5 de diciembre de 2012

Concierto de Antonini con la OCNE



ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA
Giovanni Antonini, director
Auditorio Nacional de Música (Madrid) Sala Sinfónica
Sábado, 1 de diciembre de 2012, a las 19:30 h
I
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Concierto de Brandemburgo núm. 3, en sol mayor, BWV 1048
1. (Allegro maestoso)
2. Andante
3. Allegro
Johann Sebastian Bach
Concierto para dos violines en re menor, BWV 1043
1. Vivace
2. Largo ma non tanto
3. Allegro
Ane Matxain y Joan Espina, violines
Francesco Geminiani (1687-1762)
Follia, concerto grosso núm. 12, en re menor (Primera vez ONE)
II
Antonio Vivaldi (1678-1741)
Magnificat, RV 610-611 (edición de Malipiero)

María Hinojosa, soprano
María Espada, soprano
Marta Infante, contralto
Rodrigo Álvarez, bajo
Joan Cabero, director CNE

Concierto atípico de la OCNE, repertorio totalmente barroco, formación cuasi camerística o camerística del todo y, en dos piezas tocaron de pie (menos cellos y clave, evidentemente). En la primera pieza, Concierto de Brandemburgo núm. 3 de Bach la formación se redujo a 4 violines, dos violas, dos cellos, contrabajo y clave, algo inusual en la ONE y fue un precalentamiento fantástico para entrar en el doble concierto de Bach interpretado por  dos solistas de la “casa”, una concertino y el solista de segundos violines. Este concierto lo tenemos tatuado los padres de hijas/os violinistas en lo más profundo de nuestras neuronas (primero la parte del segundo, luego la del primero. La orquesta y solistas tocaron de pie como en la siguiente pieza la Follia de Geminiani. Esta misma versión de la Follía se la escuche a Antonini con su Giardino armónico hace unos dos años. Escuché a Biondi la versión de Vivaldi y durante meses a mi hija la versión de Corelli mientras la estudiaba. Se puede decir que me la sé casi de memoria. La versión de Antonini prolongando los silencios entre variaciones emocionó al público.

El Magnificat de Vivaldi estuvo muy bien interpretado por las solistas, sobre todo María Espada y María Hinojosa, ya quelos otros dos solistas apenas intervienen. A María Espada la había visto en la Ifigenia de Nebra y es una grandísima soprano. A María Hinojosa era la primera vez que la veía y me encantó sobre todo con las notas ágiles.

El público tosió mucho y parte de él no estaba acostumbrada al barroco, a mi lado discutían sobre si lo que estaba en el centro era un clavicordio y se preguntaban por qué utilizaban el órgano pequeño (positivo) en vez del grande y no entendían si los pocos músicos se debían a los recortes o a qué.


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