jueves, 27 de diciembre de 2012

De Cecilia Bartoli al fin de una época





Vamos a rematar el año haciendo un dos por uno, comentando el concierto de Cecilia Bartoli y la despedida del ciclo de cantatas sacras de Bach.

Cecilia cantó de manera extraordinaria, consideraciones extramusicales aparte. Salió al escenario del Auditorio Nacional tocando la pandereta y se metió al público en el bolsillo en unas décimas de segundo. Empezaron a aplaudir por su mera presencia y sin que cantase una sola nota, como si fuera la vedette de “La Cenicienta en el Palace” (la comparación no es mía es de José Luis Téllez  hace 30 años refiriéndose a un evento similar retransmitido por la entonces Radio2) y como Cecilia venía de la pitada de la Scala, el público estaba ganado antes de cantar. No es que no se merezca un aplauso, pero yo aplaudí después de que cantara (por cierto de forma extraordinaria) hasta que me dolieron las manos, pero siempre después de oírla.

En cuanto al repertorio Agostino Steffani no es Handel ni mucho menos. Es interesante, pero hasta que Cecilia sacó el disco no tenía la menor idea de su existencia. Hay que reconocer que dar a conocer a un compositor olvidado combinándolo con una novela de Dona Leon es más que interesante (prometo que el siguiente libro que me leo es el de Dona). Para rematar (en los bises) surgió Handel cantando trs arias incluyendo la Lascia l’spina de Il triumpho de il tempo e d’Il desingagno que el público rompió a aplaudir al segundo compás de la orquesta como si se tratase de la Marcha Radedsky del concierto de año nuevo. Luego una larga y organizadísima fila de autógrafos. Una cosa que me pareció rara es que a los instrumentos que eran barrocos no se les corrigió la afinación en lo que duraron las partes.

Para acabar este año reseñar que asistí también a fin de una época. El último concierto de la serie que duró 8 años de las cantatas sacras de Bach en diferentes iglesias de Madrid. En esta ocasión a La Capilla Real de Madrid e Hippocampus, en conjunto interpretaron las cantatas BWV 248, 143 y la celebérrima 147 que el público coreó al final poniendo un colofón a un trabajo tan extraordinario que sobran las palabras. Es una pena que por razones de recortes este tipo de ciclos no se repitan en un futuro, como he dicho, asistimos al fin de una época. Nunca nos cansaremos de agradecer a Alberto Martínez Molina y a Oscar Gershensohn por su labor.

Que el 2013 nos traiga a todos mucha música.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Delia Agúndez & Fernando Antón "Voleras" otra vez





Concierto de ganadores del premio INJUVE 2012 a la Creación Musical Clásica
Antigua Tabacalera, Espacio para la difusión de la cultura (Calle Embajadores, 51 Madrid)

El 10 de mayo pasado asistí a la presentación del disco “Voleras” de Delia Agúndez y Fernando Antón. Desde entonces ha recibido el premio INJUVE 2012 a la Creación Musical Clásica para jóvenes menores de 30 años. El concierto comenzaba con la actuación de la arpista Cristina Montes Meteo que ejecutó un programa con Spohr, Grandjany, Brotons, Saint-Saens y Godefroid. Yo soy un absoluto desconocedor del repertorio de arpa, pero me gustó mucho. La presentadora del evento remarcó un hecho que todos los padres de niñas/os músicos sabemos el tiempo que dedican a la música, a parte de sus estudios ordinarios.

La segunda parte se dedicó a Delia y Fernando que yo creo que cada vez lo hacen mejor. Ya hice un comentario en este blog en mayo

http://doctortuba.blogspot.com.es/2012/05/presentacion-del-disco-voleras-de.html

y, por supuesto que suscribo todo lo dicho, esta música es una gran desconocida por el gran público, no digamos fuera de España, sino dentro de este país y es de agradecer que se difunda. En cuanto a la interpretación me reitero, tanto la voz de Delia, comola formación musicológica de ambos, es fundamental para interpretar las piezas. Podemos afirmar que la interpretación gestual de Delia ayuda a la comprensión de las piezas resaltando su ironía y su gracia, por lo que insisto que gana mucho en el directo.

La única pega era el frío que se pasó durante la actuación ya que el edificio tenía una climatización deficiente, pero los intérpretes supieron caldear el ambiente con su música.

Acompaño este vídeo de baja calidad rodado en el concierto

http://www.youtube.com/watch?v=-hyPOpInN9w&feature=g-crec-u

Así como la página del disco y la forma de adquirirlo en http://voleras.blogspot.com.es/

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Concierto de Antonini con la OCNE



ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA
Giovanni Antonini, director
Auditorio Nacional de Música (Madrid) Sala Sinfónica
Sábado, 1 de diciembre de 2012, a las 19:30 h
I
Johann Sebastian Bach (1685-1750)
Concierto de Brandemburgo núm. 3, en sol mayor, BWV 1048
1. (Allegro maestoso)
2. Andante
3. Allegro
Johann Sebastian Bach
Concierto para dos violines en re menor, BWV 1043
1. Vivace
2. Largo ma non tanto
3. Allegro
Ane Matxain y Joan Espina, violines
Francesco Geminiani (1687-1762)
Follia, concerto grosso núm. 12, en re menor (Primera vez ONE)
II
Antonio Vivaldi (1678-1741)
Magnificat, RV 610-611 (edición de Malipiero)

María Hinojosa, soprano
María Espada, soprano
Marta Infante, contralto
Rodrigo Álvarez, bajo
Joan Cabero, director CNE

Concierto atípico de la OCNE, repertorio totalmente barroco, formación cuasi camerística o camerística del todo y, en dos piezas tocaron de pie (menos cellos y clave, evidentemente). En la primera pieza, Concierto de Brandemburgo núm. 3 de Bach la formación se redujo a 4 violines, dos violas, dos cellos, contrabajo y clave, algo inusual en la ONE y fue un precalentamiento fantástico para entrar en el doble concierto de Bach interpretado por  dos solistas de la “casa”, una concertino y el solista de segundos violines. Este concierto lo tenemos tatuado los padres de hijas/os violinistas en lo más profundo de nuestras neuronas (primero la parte del segundo, luego la del primero. La orquesta y solistas tocaron de pie como en la siguiente pieza la Follia de Geminiani. Esta misma versión de la Follía se la escuche a Antonini con su Giardino armónico hace unos dos años. Escuché a Biondi la versión de Vivaldi y durante meses a mi hija la versión de Corelli mientras la estudiaba. Se puede decir que me la sé casi de memoria. La versión de Antonini prolongando los silencios entre variaciones emocionó al público.

El Magnificat de Vivaldi estuvo muy bien interpretado por las solistas, sobre todo María Espada y María Hinojosa, ya quelos otros dos solistas apenas intervienen. A María Espada la había visto en la Ifigenia de Nebra y es una grandísima soprano. A María Hinojosa era la primera vez que la veía y me encantó sobre todo con las notas ágiles.

El público tosió mucho y parte de él no estaba acostumbrada al barroco, a mi lado discutían sobre si lo que estaba en el centro era un clavicordio y se preguntaban por qué utilizaban el órgano pequeño (positivo) en vez del grande y no entendían si los pocos músicos se debían a los recortes o a qué.